El alcalde de Zalamea
de Calderón de la Barca.
Vuelve El alcalde de Zalamea, la obra de Calderón dirigida por Helena Pimenta, con la que reabrimos el Teatro de la Comedia la temporada pasada. La gran demanda de entradas que generó, y que no pudimos satisfacer, nos anima a esta reposición.
Un reparto compuesto por diecisiete actores, una cantante y dos músicos en directo que ha dado lo mejor de sí mismos a lo largo de las 104 representaciones realizadas. Junto al favor del público, ha obtenido también el reconocimiento de los medios de comunicación. Carmelo Gomez, encarnando a Pedro Crespo, ha recibido los mayores halagos de la crítica especializada. El montaje obtuvo once nominaciones en la última edición de los Premios Max, y el actor Joaquín Notario recibió el premio al mejor actor de reparto.
Tras la estancia de dos meses en el Teatro de la Comedia, con una ocupación del 100% del aforo, el montaje ha realizado una gira durante nueve meses y más de 70.000 espectadores han asistido a las represen taciones en el Teatro de la Comedia de Madrid, el Palacio de Festivales de Santander, el Bretón de Logroño, el Lope de Vega de Sevilla, el Principal de Zaragoza, el Lliure de Barcelona, el Calderón de Valladolid, el Principal de Valencia, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo de Bogotá, Festival de Almagro y Teatro Arriaga de Bilbao.
Helena Pimenta
Directora del montaje
Maestro de esgrima
Jesús Esperanza
Asesor de verso
Vicente Fuentes
Coreografía
Nuria Castejón
Selección y adaptación musical
Ignacio García
Iluminación
Juan Gómez-Cornejo
Vestuario
Pedro Moreno
Escenografía
Max Glaenzel
Versión
Álvaro Tato
Dirección
Helena Pimenta
Producción
CNTC
Con el patrocinio de Loterías y Apuestas del Estado
Reparto
Por orden de intervención:
David Lorente
Pedro Almagro
José Carlos Cuevas
Clara Sanchis
Jesús Noguero
Óscar Zafra
Francesco Carril
Álvaro de Juan
Alba Enríquez
Nuria Gallardo
Carmelo Gómez
Rafa Castejón
Joaquín Notario
Egoitz Sánchez
Alberto Ferrero
Jorge Vicedo
Karol Winsniewski
Blanca Agudo
Vihuela
Juan Carlos de Mulder
Cantante
Rita Barber
El alcalde de Zalamea CNTC (2015)
Selección de imágenes
El alcalde de Zalamea CNTC (2015)
Comentarios de Helena Pimenta (directora) y Carmelo Gómez (que interpreta a Pedro Crespo)
El alcalde de Zalamea CNTC (2015)
Primera lectura
Primera jornada de trabajo CNTC (2015)
Madrid
Teatro de la Comedia
Sala Principal. Del 3 al 29 de enero de 2017.
Duración del espectáculo: 1 hora y 40 minutos
En un día
Esta obra es pueblo vivo. Aquí se abren paso los versos a cuchilladas. Rueda el romance, fluye la música octosílaba como agua que cambia de estado y de forma según la escena y el personaje, sin transiciones, sin compases de espera. Transformación, vorágine, torrente. Agua de pueblo, romance casi puro, teatro claro y hondo, canción imperfecta y asonante, cuento de todos, obra coral y plural que, con sus miles de matices, se entiende y se siente a la primera, de golpe, en un día.
En un día, poco más, la tropa se aloja en un pueblo (¿o lo invade?), dos hombres duros se hacen amigos, una joven es raptada y violada, un hombre es ajusticiado y una villa se alza contra un ejército.
Pocas veces el teatro áureo fluye tan feroz, inmediato y activo como en este drama. Su eternidad de obra maestra es aromática, tangible, sabrosa. Hay campo. Hay un pueblo con su gente, sus sonidos, silencios y rumores. Hay una tropa que trae acero, canciones, miseria y barro. Hay una casa de labradores con su desván, su patio, sus amores y recelos. Hay hidalgos que pululan hambrientos, buscavidas que entonan jácaras, villanos que se alzan, rondas a la reja, duelos nocturnos, penas sumarias y un rey ex machina que reinstaura un orden lleno ya de sangre, despedidas y soledad. Todo sucede en tumulto ante nuestros ojos a tiempo real (si es que el tiempo no es siempre imaginario), sobre las tablas o a la vuelta del escenario, donde se oculta la violación y la muerte: cerquísima de nosotros. Se juega, se canta, se baila, se lucha, se llora y se muere en un día.
Si La vida es sueño susurra hondo al individuo sobre su papel frente al colectivo, El alcalde de Zalamea habla alto al colectivo sobre cada conducta personal. Habla de justicia. De un hombre contradictorio y lúcido que procura ser justo en un mundo que no lo es. De una mujer víctima de un hombre, un ejército, un país y unas leyes. De la violación de una persona, un pueblo y un orden civil, y del precio que cuesta hacerse responsable de no cerrar los ojos.
En algunas piezas calderonianas, los laberintos de la honra resultan lejanos a nuestra sensibilidad y entendimiento. Aquí, como nos razonaba el profesor José María Ruano de la Haza en su encuentro con el equipo artístico, honra equivale a dignidad y justicia. Todas las decisiones acarrean consecuencias. Como lectores y espectadores contemporáneos nos cabe añadir hoy el signo de interrogación al otro título de El alcalde de Zalamea: ¿El garrote más bien dado?
Dos palabras de moda nos venían a la boca al hablar de Pedro Crespo: asertividad y resiliencia. Hablando llano, Crespo es un hombre que piensa antes de actuar, que busca soluciones y que aguanta los reveses. Si tragedia es destino, Crespo es anti-trágico porque fabrica su propio destino, como Celestina o Alonso Quijano. Un alcalde paga el precio de su lucidez; ¿hace falta explicar por qué nuestra sociedad necesita esta obra?
La presente versión quiere lustrar el oro del verso calderoniano, con respeto pero sin reverencia, para que llegue al público el agua clara y directa de su poesía activa, limando aquellas palabras o expresiones hoy opacas o confusas, lijando ciertos pasajes para clarificarlos, descubriendo relaciones y correspondencias entre personajes y escenas, y dejando también espacio a lo que Juan Mayorga llama nostalgia de la lengua: el óxido de nuestro idioma viejo y precioso.
Pocas veces nos es dado trabajar junto a nuestros maestros. A mi maestra Helena Pimenta debo estos meses de cómplice pasión calderoniana y esta inmersión en la pequeña gran Zalamea de cultura española que es, desde hace décadas, la Compañía Nacional de Teatro Clásico. A la sombra de tal equipo y de una creadora tan entusiasta y generosa es fácil atreverse a crecer y gozar del camino. El principio de nuestra versión, tanto en la dramaturgia como en la puesta en escena, es pura Pimenta: la búsqueda de esencias, sentidos y sensaciones, jugando sin miedo cerca del territorio simbólico y poético del auto sacramental para que Zalamea sea vecina de cualquier pueblo del mundo.
De una sola vez a incendio/ crece una breve pavesa, dice el capitán refiriéndose a su repentina obsesión por una villana y a la esperanza de obtener su favor, pero podría referirse a este drama y su marea de inagotables versos llenos de vida que avanzan a dentelladas por la imaginación y la conciencia de cada espectador. Acción, humor, deseo, rencor, juego, desgarro, lealtad, delación, cariño, dolor, amistad, odio, poder, soledad… Todo en un día.
Álvaro Tato
Autor de la Versión