Cuaderno 52
El alcalde de Zalamea se escribe y estrena
hacia 1640 y su acción se sitúa en 1580,
un año en que Felipe II lleva dos décadas
gobernando Castilla con mano firme, pero
con problemas coyunturales y estructurales
importantes. Entre 1560 y 1580 la corona
española tiene que hacer frente, en el interior,
a las maniobras desestabilizadoras de
los diferentes partidos políticos que se habían
creado desde la época de Carlos I –entre
los que destaca el del príncipe de Éboli,
sobresaliendo en él el conspirador Antonio
Pérez y la princesa de Éboli–, y también a
la rebelión de los moriscos granadinos y a la
bancarrota real. Y en el exterior tiene que
contrarrestar el aumento considerable de
los ataques del imperio otomano a la flota
española en el Mediterráneo, a la rebelión
en los Países Bajos y a las guerras de religión
en Francia.