Inquisición
De Francisco Antonio Cabello y Mesa (1765-1814)
Dirección y versión: Juan Antonio Hormigón (ADE)
Cabello y Mesa (1765-1814), fue un militar y escritor ilustrado al que se debe la publicación de los primeros periódicos en Lima, Montevideo y Buenos Aires. Ejerció igualmente como abogado y fue un personaje controvertido y difamado.
En 1811, durante el reinado de José I, concluye su drama Inquisición, que constituye un duro ataque al siniestro tribunal que había sido abolido. Las Cortes de Cádiz tardarían más de dos años en hacerlo. Es la primera vez en nuestra historia en que se escribe un texto de estas características.
Inquisición fue escrita en 1811, al menos tal es la fecha que consta en el manuscrito que se conserva en la Biblioteca de Palacio. Nunca fue publicada y tampoco representada que sepamos. Su autor, Francisco Cabello y Mesa, fue un periodista ilustrado, militar, gestor de explotaciones mineras, al que hay que buscar en los entresijos de las historias de la Historia. Aparte de una intentona juvenil, fue ésta la única obra dramática que escribió. No obstante Guillermo Carnero, en un artículo publicado años ha, la definió como “un ejemplo de teatro revolucionario”.
La obra de Cabello y Mesa está inspirada en un hecho real: la persecución, tortura y condena de María Josefa de la Peña, llamada la Burgalesa, y de su marido, Pedro de Porras, que finalmente fueron agarrotados y arrojados a la hoguera en 1730, en Valladolid. Constituye un alegato contra la institución inquisitorial y sus terribles procedimientos. Pero más aún, expone la denuncia del secretismo procedimental, de la corrupción institucionalizada, de la superstición convertida en norma de ley, del fanatismo y aún del desprecio hacia la mujer.
Hemos querido mostrar en esta Dramatización no sólo la denuncia histórica del denominado Santo Oficio y la tragedia individual de la Burgalesa y su esposo, sino igualmente aquellas cuestiones que sobreviven en los comportamientos de individuos o instituciones aunque convenientemente enmascarados con palabrería vana, que en nada corresponde a lo que en realidad hacen y los intereses que defienden. ¿No ha sido con frecuencia así?
El autor concibió su obra como de gran aparato escénico. Nosotros hemos estilizado al máximo las acciones y los elementos materiales para mostrar la esencialidad del drama. Hemos situado nuestra propuesta en el escenario transformado en plató televisivo, en donde se emite un programa de una televisión cultural dedicado al teatro. En el curso del mismo se presenta Inquisición de manera ascética y un tanto informal, aunque con el texto conservado casi por completo.
Todo ello nos permite establecer un relato escénico que elude la tensión dramática creciente y obnubiladora, para proponerse como la síntesis contradictoria entre los diálogos entre la presentadora del programa y el autor que fue invocado y dialoga con ella, y la acción dramática en sí. La tensión entre ambos segmentos pretende reducir el pathos o explosión de los sentimientos del drama individual, acrecentando la observación ponderada de las causas que lo provocan. He ahí nuestra apuesta.
Ayudante de dirección: Salomé Aguiar (ADE)
Ambientación: Tomás Adrián
Video: Pablo Iglesias
Iluminación: Paco Ariza
Versión y Dirección Juan Antonio Hormigón (ADE)
La presentadora, María Rosa Gálvez: Ana Turpin
Emilia Pardo / Familiar / Aldeana: Cristina Yáñez
Don Francisco, el autor: Vicente Gisbert
El Conde / Dominico 1º: Juanma Navas
El Alcaide / Inquisidor 2º: José Luis Patiño
Un magistrado preso / Médico / Dominico 2º: Juan Jesús Valverde
Ayudante del Alcaide/ Verdugo / Aldeano: Gaby Moreno
Josefa de la Peña (alias la Burgalesa): Nieve de Medina
Primer juez inquisidor: Vicente Cuesta
Fiscal del Santo Oficio: José Vicente Moirón
Fraile 1º/ Escribano: Jorge Machín
Fraile 2º / Corregidor de Valladolid: Ales Furundarena
Fraile 3º / Aldeano 1º: Pablo Calvo
Pedro de Porras, marido de Josefa: José Bustos
Alguacil 1º: Andrés Rus
Alguacil 2º: Chema Coloma