La compañía escénica capitaneada por Carlos Tuñón apuesta por una experiencia no representativa para descubrir con los cinco sentidos y a través del sueño.
La propuesta estará en cartel del 25 de mayo al 4 de junio y tiene entradas agotadas desde hace varias semanas.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico acoge el estreno de La vida es sueño [el auto sacramental], una creación colectiva de la compañía [los números imaginarios] a partir de los textos de Calderón de la Barca. Esta es una apuesta por la no representación en la que el público no tomará asiento y verá la función sin más, sino que esta será ofrecida para experimentar con los cinco sentidos. La pieza sucederá, casi en su totalidad, a través de unos auriculares que cada persona recibirá a su llegada y, además, se invitará a dormir durante la experiencia… y tal vez a soñar.
Se trata de la primera vez que [los números imaginarios] presentan una producción en este espacio. Lo harán durante dos semanas en la Sala Tirso de Molina, del 25 de mayo al 4 de junio, con entradas agotadas desde el pasado mes. El equipo ha elaborado una pieza a partir de las dos versiones que Calderón escribió del auto de La vida es sueño, a sus 36 y 73 años respectivamente, escogiendo personajes destacados, como la aparición de La Sombra queriendo dominar el mundo en la primera y los cuatro elementos en la segunda.
La vida es sueño [el auto sacramental] cuenta con composiciones musicales propias de Nacho Bilbao, que el equipo transmite en forma de loa y otras canciones en escena, y con la dramaturgia de Gon Ramos, Luis Sorolla, Carlos Tuñón y el equipo del Ensamble. Los elementos de la naturaleza están diseñados y plasmados en escena gracias al trabajo de Paola de Diego en vestuario y el espacio y la plástica de Antiel Jiménez remiten a un dispositivo cómodo y apetecible para la invitación a dormir.
El elenco de cuerpos y voces lo componen Paula Amor, Pablo Gómez-Pando, Irene Doher, Antiel Jiménez, Daniel Jumillas, Rosel Murillo Lechuga, Alejandro Pau, Gon Ramos, Patricia Ruz, Luz Soria, el Primo de Saint Tropez, Nacho Sánchez, Irene Serrano, Luis Sorolla y el resto del equipo artístico que, como siempre, está presente durante la experiencia.
El director artístico Carlos Tuñón destaca que este es “un auto sacramental sin sacramento, sin la necesidad del dogma de fe, pero sí de la experiencia compartida, de promover la participación de una comunidad en un evento luminoso, vívido, físico y emocional; todo lo que hizo del género uno de los más populares de la época”.
Acciones expandidas
Como viene siendo habitual en la forma de exhibición de la compañía, La vida es sueño [el auto sacramental] no solo abarca el tiempo que el público pasa en el teatro, sino que ofrece otras acciones que van más allá. La primera de ellas es un Catálogo de sombras que todo el equipo ha elaborado de manera individual en torno al concepto de la Sombra. Este ha sido puesto en común en una exposición temporal abierta al público en Navel Art hasta el 4 de junio y disponible en la web de la compañía de manera permanente.
Por otro lado, algunos asistentes a las funciones recibirán El Evangelio según Segismundo. Se trata de una auto-obra creada por Luis Sorolla en la que se invita a los espectadores y espectadoras a intervenir sus cuartos de baño y a convertirlos en una sala de teatro para una persona. Ese espacio se convertirá en la torre de Segismundo, en la gruta de El Hombre de El Auto o en cualquier otra posibilidad. El Evangelio según Segismundo ocurrirá los domingos 28 de mayo y 4 de junio a través de la web de la compañía y se activará únicamente entre las 06:30 am y las 07:00 am, al amanecer.
Por último, Daniel Jumillas realizará [desde la torre], una emisión en directo desde del canal de YouTube de la compañía el domingo 4 de junio, desde el amanecer hasta inicio de función. El streaming comenzará en un interior y acabará a las puertas del teatro. La idea surgió a partir de preguntas sobre la inteligencia artificial y la problemática que puede haber para diferenciar ficción de realidad: ¿Quién puede ser un Segismundo actual, encerrado en su torre, sin saber qué es real y qué no? La traducción contemporánea planteada aquí sería la de una persona aislada en el mundo virtual y con una vida propia ahí, interconectada con otros avatares y mundos virtuales.