Las historias trágicas de jóvenes amantes recorren la imaginación occidental como un río de sangre. Desde los viejos mitos hasta las elaboraciones románticas, pasando por nuestra Celestina y el hito moderno de la tragedia shakespeariana.
Lope se aparta del final trágico, obedeciendo a los gustos de su público, y va mucho más allá de la parodia, convirtiendo una supuesta obra menor, en un alegato más a favor de su eje temático fundamental: la fuerza indestructible del amor. Nuestra versión sigue esta pauta vertiendo todo el espíritu juvenil que late en su obra: el triunfo del amor y del deseo por encima de las convenciones sociales, como fuerza de progreso.
En una suerte de celebración coral, acompañamos el juego jubiloso de los amores de nuestros protagonistas: Julia y Roselo, Dorotea y Anselmo, Celia y Marín, en su peculiar danza del deseo, triunfan una vez más sobre la mezquindad de los viejos, y sus caducos valores.
José Carlos Menéndez