La Compañía
Teatro Pavón
Por encontrarse el teatro de la Comedia cerrado por reforma, la Compañía Nacional de Teatro Clásico representa provisionalmente en el teatro Pavón.
Situado en pleno corazón de Madrid, al lado de la popular Plaza de Cascorro, el Pavón fue creado por el arquitecto Teodoro Anasagasti (Bermeo 1880-Madrid 1938), autor de otros teatros madrileños como el Real Cinema, el Monumental, el Fuencarral o los desaparecidos Martín y Lavapiés.
Construido en 1924 bajo la iniciativa de Francisca Pavón, el teatro fue inaugurado un año más tarde por Alfonso XIII y desde sus comienzos contó con memorables estrenos que han hecho historia como Las Leandras, del Maestro Alonso, que consolidó a Celia Gámez como gran vedette(1931) o Nuestra Natacha, de Alejandro Casona, interpretada por María Fernanda Ladrón de Guevara (1936).
Después de la Guerra Civil el Pavón acogió a numerosas estrellas de la canción española como Miguel de Molina, Manolo Caracol, Antonio Molina o La Gitana Blanca; sin embargo, en 1940 sus propietarios decidieron convertirlo en cine.
Recuperada la sala como teatro en 1985 por Carmen Troitiño, su escenario acogió importantes espectáculos, interpretados por figuras de la talla de Vittorio Gassman o José Luis Gómez, y la presentación en Madrid de Josep María Flotats, hasta que en 1990 se cerró definitivamente y se puso en venta. En los años siguientes solo se utilizó para el rodaje de la película Beltenebros, dirigida por Pilar Miró.
Diversos empresarios intentaron sin éxito abrir el teatro, hasta que en 1999 la compañía Zampanó lo compró y tras afrontar su rehabilitación, recuperó este edificio emblemático, que corría grave peligro de desaparecer, inaugurándolo el 1 de noviembre de 2001 con El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina.
Desde el 3 de junio de 2002, este escenario acoge temporalmente los montajes de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, mientras que el teatro de la Comedia, sede propia de la CNTC, permanece cerrado para su restauración.
Desde su inauguración, en 1925, el Pavón ha sufrido numerosas reformas, como la modificación en 1953 del arquitecto José Antonio Corrales, dotando al edificio de una decoración típica de los años 50, y mejorando su acústica interior.
La Compañía Zampanó, al comprar el edificio en 1999, ha intentado recuperarlo tal y como estaba en origen. Las obras que emprendieron estuvieron dirigidas por el arquitecto Ignacio de las Casas Gómez, que ha respetado el aspecto original del teatro, respetando elementos característicos como la barandilla, los zaguanes y el bar del interior y además ha incorporado medidas contra incendios en el escenario, en el patio de butacas y en los camerinos.
El edificio esta construido con estructura de hormigón en pilares y vigas en los tres niveles inferiores y con estructura metálica en la cubierta, y en el exterior, dos terrazas de estilo catalán rematan la fachada. El torreón del reloj, pieza clave del antiguo coliseo, fue derribado en los años 60. En cuanto a la fachada, se han recuperado los esgrafiados en forma de flor y los dibujos de tendencia geométrica que tenía la sala en su origen, siempre con la idea de conservar una de las únicas fachadas modernistas que alberga Madrid.