Celestina, la tragicomedia (Compañía Invitada)
Adaptación de Ricardo Iniesta de la obra La Celestina de Fernando de Rojas. Atalaya ha recorrido treinta años y veinte montajes buscando las claves del lenguaje de esta obra inmortal. Nos ha alumbrado el camino la «lámpara maravillosa» de Valle-Inclán, pero también el teatro de la crueldad de Antonin Artaud y el expresionismo alemán de Heiner Müller. Se trata de una apuesta coral donde los actores omnipresentes transforman el espacio escénico,cantan en directo emotivas melodías balcánicas y eslavas… y, por encima de todo, en el espectáculo sobrevuelan la magia y la ferocidad de uno de los más grandes personajes del teatro universal.
Ricardo Iniesta
Director del montaje
MÚSICA: Luis Navarro y temas populares
ILUMINACIÓN: Alejandro Conesa
VESTUARIO: Carmen Giles
ESCENOGRAFÍA Y COREOGRAFÍA: Actores de Atalaya
DIRECCIÓN CORAL: Esperanza Abad
MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: Manolo Cortés
FOTOGRAFÍA: Luis Castilla / Julián Rojas
VÍDEO: Luis Lilo
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: Sario Téllez
TÉCNICO DE SONIDO: Emilio Morales
DISTRIBUCIÓN: Masé Moreno
Producción
Angela Gentil
Dirección y Adaptación
Ricardo Iniesta
CELESTINA: Carmen Gallardo
CALIXTO/PLEBERIO: Raúl Vera
MELIBEA: Silvia Garzón
SEMPRONIO/CENTURIO: Manuel Asensio
PÁRMENO/SOSIA: Jerónimo Arenal
ELICIA/LUCRECIA: Lidia Mauduit
AREUSA/TRISTÁN: María Sanz
Gerald Brennan antepone a La Celestina en calidad al mismísimo Quijote, más asequible a los lectores y –aunque también muy crítico socialmente- más asumible por los códigos de conducta imperantes.
El texto original consta de 65.000 palabras, lo que supondría una duración cercana a las diez horas. Pero no me ha resultado complicado reducir a una sexta parte el texto ya que la columna vertebral del mismo es muy nítida. Hay que tener en cuenta que ésta era una obra para ser leída, no para ser representada.
Mi elección de los textos vino propiciada por la apuesta dramatúrgica y por mi visión de los personajes. Elegí una buena parte de los monólogos de Celestina para mostrar la multitud de matices que atesora este personaje, uno de los más ricos escritos en el teatro de todos los tiempos: desde lo más grotesco, a lo más feroz; desde sus más bajos instintos hasta su inteligencia y su habilidad, desde su picardía hasta sus temores. Asimismo aposté por dar especial relevancia a los criados y las prostitutas, denotando así el trasfondo ideológico de la obra, su carácter blasfemo, irreverente y de marcada crítica social. En cuanto a Melibea, he huido de la habitual visión de mujer cambiante, ingenua y débil, optando por los textos que la presentan como rebelde, insumisa, inteligente y coherente
En cuanto a la puesta en escena, la presencia de los actores resulta casi constante a lo largo del espectáculo, de manera que, respetando la individualidad de los personajes principales, se ha creado un coro de figuras que adoptan diferentes roles. Por momentos son criados, prostitutas, verdugos o gentes de la calle. Transforman el espacio escénico, ejercen de porteadores o crean atmósferas y potencian el nivel emocional con sus cánticos.
Pero aún más que en las acciones físicas, la coralidad se percibe en las voces de los actores, en los textos y en los cánticos populares, desde los eslavos de y rumanos a los del sur de Italia, Albania y Galicia. En la estética de nuestra Celestina está presente la influencia de Brueghel o el Bosco, pero también la del expresionismo alemán más radical, pasando por los disparates de Goya; mientras que en el estilo interpretativo se aúnan el teatro de la crueldad de Artaud y la comedia del arte italiana, llevadas a escena por las tres generaciones de actores que conforman el equipo estable de Atalaya.
Ricardo Iniesta
Director del montaje
Madrid
Teatro Pavón
Del 14 al 17 de mayo